El tantra o tantrismo es una de las variadas tradiciones esotéricas que enseñan a utilizar el deseo como sendero
hacia la realización
De acuerdo a la
tradición fue el propio Buda S. VI a.C, quién transmitió los principios del
Tantra
Sus raíces se pierden
en el tiempo y muchos de sus principios místicos e iniciáticos son prevédicos y
cuentan con una antigüedad de más de cinco mil años
En el hinduismo hay un tantra de la
mano derecha y uno de la mano izquierda, y este último incluye técnicas de
meditación y ritualización a través del acto sexual (Estas prácticas son las
más conocidas y han sido objeto de tergiversación y banalización) mediante las
cuales se integran las energías femeninas y masculinas y se obtiene la fusión
espiritual total. En el budismo, el
tantrismo se conoce como «la vía rápida» o «el vehículo del resultado», dado
que un practicante de tantra aprende a hablar, sentir y conducirse
como si ya fuera un Buda que alcanzó la iluminación.
El objetivo del Tantra es la reintegración del individuo en
la pura conciencia primordial (que en el hinduismo sería Shiva, la fuente
original). Para alcanzar ese objetivo es necesario recorrer, en sentido
inverso, el sendero de la manifestación. Y en la misma tradición Shakti, la
energía, es el vehículo mediante al cual la consciencia individual se une con
la conciencia pura o divinidad. El final del camino de regreso es conocido como
el despertar, un estado de «superconciencia».
El Tantra es una
manifestación especial de la sensibilidad, el arte y la religión de la India.
Es un culto del éxtasis, concentrado en una visión de la sexualidad cósmica.
Hacia esa visión convergen estilos de vida, ritual, magia, mito, filosofía,
signos y símbolos emotivos. Los textos básicos por cuyo medio se expresa esto
se llaman Tantras. El Tantra incluye igualmente imágenes e ideas que proceden
de las capas más antiguas de la religión india, muchas de ellas del Aiyan Veda
y de los Upanishads.
Los Tantras a menudo están redactados como un
diálogo en el que el dios Shiva responde a las preguntas de su esposa Shakti en los papeles de maestro y discípula.
Las experiencias que más apreciamos de ordinario, como el amor, la
comida, el goce estético que puede producir la naturaleza, la música, el arte,
e incluso la adoración de un dios personal, en el Tantra se elevan a la vibración espiritual; el
placer, la visión y el éxtasis, lo que hay que hacer es cultivarlos y
utilizarlos.Esas fuerzas, debidamente encauzadas, pueden darnos una fuente de
energía sin precedentes
El Tantra no es una
creencia o una fe, sino una forma de vivir y de actuar.
Shiva
es el sustrato del universo, la energía estática que fecunda todo mediante la
fecundidad de Shakti. Shiva es el que todo contiene, abarca, emite y reabsorbe.
Shiva es ilimitado. Es en sí mismo la Unidad. Como veedor estático es masculino
y pasivo. Como energía dinámica se despliega a sí mismo, convirtiéndose en
Shakti principio activo y femenino. Shakti es la madre universal. La energía
que brota del mismo Shiva. La creadora de la naturaleza y la naturaleza misma,
que se convierte en el poder de Shiva. Shiva es la totalidad y esa totalidad en
movimiento es Shakti
De su
autocópula cosmogónica, se despliegan los vastos universos. El principio
creador es la fusión de Shiva y Shakti.
La
unión mística de las dos deidades, es la unión suprema con uno mismo y la unión
con el principio creador.
Artículo publicado en Revista orígenes nº 4 febrero/marzo 2012
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